Como te puedes dar cuenta, simplemente estás describiendo lo que estás haciendo, esto no es necesario ya que el público está viendo lo que haces y si encima se lo describes puede resultar incluso insultante. ¿Por qué no mejor te inventas una historia para realzar tu efecto?
La técnica pasa a segundo término, no importa el método que utilices para controlar la carta, tampoco importa la técnica que utilices para encontrar la carta, lo que da fuerza al efecto es la historia que cuentas. Si te limitas a describir lo que haces, entonces la técnica pasa a primer término porque todos están tratando de descubrirte, de atraparte en el momento en que haces la trampa, esto es justamente lo que debemos evitar. La magia debe ser algo entretenido y no un reto para que los espectadores traten de descubrirnos.
viernes, 28 de marzo de 2008
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