viernes, 20 de junio de 2008

Rey Ben - Ese pequeño gran mago (PARTE II)

Continuamos con la segunda, de las tres entregas del reportaje realizado a Rey Ben. Hasta aquí vimos quien es y como fueron sus comienzos. Ahora te presentamos al artista y al maestro, todo en un mismo hombre, con toda su sensibilidad y su entrega.

Contanos tu parte artística ¿cómo comienzan "Los Casi Tres" y "Uno y Medio"?

R.B.: Ya éramos casi tres antes de que fuéramos con Adrián (Guerra) a Japón. Todos éramos socios del Centro Mágico Platense y en algunos momentos que nos juntábamos los magos mismos me pedían que me pusieran en el medio de Adrián con 1,95 metros, Marduk con 1,98 y yo con 1,57, era muy gracioso. Un día nos contratan a los tres junto con Misterix para hacer magia en una disco de Quilmes. Misterix fue por su cuenta y nosotros tres íbamos de smoking por la calle y estaba la cola para entrar a la disco, fue una conmoción, ahí nos dimos cuenta. Algunos con mala onda pero otros bien, se reían, era muy fuerte, parecíamos una caricatura, Adrián y Quique gigantes y yo más chiquito los tres con la misma ropa. Trabajamos y para ese caso en particular preparamos algo juntos, ya teníamos ganas de algo juntos y ahí nos largamos, empezamos a trabajar e hicimos apenas un par de shows como Casi Tres y después nos fuimos al Mundial de Japón.

Cuando volvimos Adrián tuvo fuertes demandas laborales ya que había ganado (1er. premio cartomagia). Fue tapa de Clarín que fue como obtener casi otro Premio. Y lo llamaban muchísimo y cuando le salían trabajos grandes de 1000 o 3000 personas él decía que tenía los Casi Tres, apoyando nuestro proyecto que era lo más grande que teníamos, y terminó como sucede en estos casos desmembrándonse, Adrián se empezó a cortar solo hasta que directamente se fue. Prefirió hacer su camino solo. Marcelo Insúa que es un gran tipo con el que tengo actualmente una muy buena relación, era el representante de Casi Tres y de Adrián al mismo tiempo y eso también terminó generando problemas, porque había que derivar los trabajo que salían. Con Adrián hicimos muchas cosas, nos fuimos de gira 2 meses por Colombia, hasta casi fuimos Uno y medio porque se habían peleado muchísimo con Marduk y yo siempre en el medio tratando de atemperar, generando reuniones con ellos para que se amigaran. Me acuerdo que en una Navidad me hicieron explotar, los junté a todos para que se amigaran de una vez o que se termine. Se arregló un poco, seguimos adelante pero duró poco.

Después pasé una época muy mala, falleció mi hermana de un tumor en el cerebro con 30 años en la época que nos separamos. Adrián y Marcelo tuvieron la dignidad de venir al velatorio aunque ya no estabamos más juntos comercialmente. Por 2 meses no me di cuenta de lo mal que estaba, pensaba que lo de mi hermana lo había tomado bastante bien hasta que un día me di cuenta que estaba hecho mierda, lloraba todo el día. Estaba muy mal. Me iba al Puerto de Olivos a llorar o cuando estaba en la Costa me iba a la Playa. No quería ver a nadie, no quería a nadie. Me costó mucho ese año salir, esto fue hace 5 años atrás. Sobre todo porque el trabajo es pura energía y uno trabaja de mago cómico y la gente que me veía se daba cuenta que estaba mal. Incluso a veces es muy duro ver como la gente te encasilla y no se permite verte en otro estado. Un día Claudio Gallardou que es un gran artista, me encontró en uno de esos momentos que yo estaba mal y me pregunto que me pasaba y me dijo que al público no le importa y me contó sus problemas, recién se había separado y me decía que no podía salir mal a trabajar, amargado, porque si no todo se venía abajo, y la verdad que me ayudó mucho, porque me hizo frenar un poquito, volver a respirar tomar aire. Él me tiró el comentario como al pasar, como un amigo, además estuvo por dirigirme este año, me propuso hacer Ricardo III desde la magia y el humor. Al final el proyecto no prosperó pero seguimos en relaciones artísticas. Después de un par de años me serené, me volví normal, mi esposa estaba muy preocupada pensaba que yo necesitaba atención psiquiátrica porque me veía muy mal.

Y ahí lo llamé a Quique (Marduk), porque en realidad yo con él no había estado peleado, teníamos una buena relación y le propuse juntarnos y hacer Uno y Medio. Y en el ’98 hicimos el primer show en el Club del Vino, fue muy lindo, Clarín nos sacó una crítica espectacular de media página, Revista Gente también. Después cometimos el error que durante el ’99 no hicimos nada, cosa que no quiero volver a repetir. Porque la gente se enfría y se olvida, Y en el 2000 me empujé y luché para que tengamos una sala y poner Uno y Medio otra vez . La pasamos muy bien y creo que a la gente le gustó mucho. Así que en el año 2001 vamos a tener que hacerlo otra vez porque no quiero parar.

¿Fue un éxito no?

R.B.: Si. Con problemas de público como en todos los shows de Buenos Aires, y sobre todo con una producción limitada económicamente, no pudimos hacer publicidad fuerte, pero muy bien, vinieron los magos, todos pagaron. Las críticas fueron todas buenas, a favor.

A mi me gustó mucho y los vi trabajar a sala casi llena lo que no es habitual para un día de semana.

R.B.: Por lo general los viernes se llenaba más, pensá que no teníamos agente de prensa, poníamos avisos chicos en los diarios, no tuvimos lanzamiento, no hubo campaña de publicidad, ni estuvimos en TV de aire, ni cable. Por eso, con esos antecedentes nos fue más que bien. Además nosotros estabamos en el complejo La Plaza y los espectáculos se levantaban. Levantó Sinvergüenzas con Toti Ciliberto, levantó Gasalla y Perciavale, Cuarto azul con Laport y Silveyra, y nosotros seguíamos. Espectáculo chico sala chica pero seguimos. Nosotros estabamos muy contentos. Nos gustó mucho hacerlo, hicimos cosas muy lindas.

Ahí se vio reflejado, desde mi punto de vista, lo que comentabas antes, el humor de la magia, por la forma en como está hecho el espectáculo. Era para pasar un rato muy agradable, disfrutarlo y viendo magia desde el humor.

R.B.: Si, nuestra magia es simple y efectiva. Desde el humor para mí estaba redondito, los running gags, el detalle final del corpiño, estaba impecable, hermoso. Mágicamente creo que estaba muy lindo el baño de los espíritus una vueltita de tuerca a la cabina espiritista, el running gag de la botella, el acto final del guardaespaldas, algunos detalles.

Me pareció que estaba todo muy cuidado te entretenías desde que llegabas hasta que te ibas.

R.B.: Nosotros percibimos eso del público, la gente de la sala, los acomodadores, los mozos, no te olvides que era un café concert, nos confesaron que en los 3 meses que había durado el espectáculo era el único show que miraban siempre y se morían de risa, no así con otro show que lo miraban un par de veces y basta. Yo los veía y los escuchaba reirse incluso algunas camareras ya sabían perfectamente los gags que venían y yo las escuchaba morirse de risa. Tanto Marduk como yo le poníamos la energía del show en vivo. No era un show de teatro o el típico show de mago, había que divertir a la gente, no importa si era la misma función, los mismos trucos. Entonces por eso la energía nuestra de ponerle pila a todo se siente. Era poner toda la vida y la energía ahí.

Hay artistas que llevan su espectáculo in crescendo, yo acostumbro a salir y que todo el público mire, llamar la atención desde el principio.

¿Eso lo aprendiste con la experiencia o con el teatro?

R.B.: Como dije antes Cristina Moreira me potenció, me afirmó, me asentó en muchas cosas, porque muchas de ellas las hacia intuitivamente. No me gusta contar cuando me halagan pero un día Cristina me pregunta delante de una clase quien me había enseñado a pararme en el escenario, y me comenta que a veces se pasan meses enseñando a la gente a pararse así. Yo aprendí a pararme de mirar a uno y a otro. Una vez vino el fallecido Richard Suey al Centro Mágico Platense y nos empezó a hacer magia. Estuvo extraordinario, y cuando terminó de hacer su back and front con el mazo de una mano a la otra, Daniel Celma, otro maestro de La Plata, le quiso agradecer su magia pero por sobre todas las cosas le agradeció la forma en que se paraba. Yo pensaba que el tipo estaba alcoholizado, en esa época yo no entendía esas cosas, le pregunté que tienen que ver lo pies. Me dice que yo tenía que aprender a mirar los pies y a partir de ahí empecé a mirar y aprendí la regla de los 45 grados, y al principio me volvía loco no podía prestar atención en hacer magia pensando en la posición de los pies, al final opté por practicar en las fiestas de chicos, donde podía testear. A partir de ahí jamás perdí esa posición, me paro a 45 grados y es lo que percibió Cristina Moreira en su momento. No estar parado en 10 y 10 o paralelos como los jugadores de fútbol cuando suben a recibir un premio que parecen guerreros greco-romanos, es horrible, si no estar bien parado frente al público. Creo que uno se va perfilando y creciendo permanentemente, se va evolucionando y con el tiempo se van entiendo cosas que se aprendieron hace mucho tiempo, por ej. los cinco puntos mágicos es un libro que uno tendría que leerlo toda la vida. Es un librito de unas 20 o 30 hojas que cuando lo volvés a agarrar, te das cuenta de cómo son las cosas. La voz, hablar para la abuelita que está en el fondo. Al respecto también hice cursos de fonoaudiología para proyectar la voz. Así uno va aprendiendo. Además yo siempre digo que los que quieren aprender teatro que lo hagan, te permite soltarte en postura, en hablar y en moverte.

Hay un dicho que dice que el mago debe ser un actor actuando de mago, el dicho queda muy bonito pero no se si es tan así. Lo que sí creo es que estar con gente de teatro te da un montón de herramientas de actuación para no quedarse sólo con el truco, ese sí que es un gran problema. Así se enseña la magia, se enseña desde el truco. Después uno ve a Merpin y se pregunta porque eso es tan bueno. Las cosas hay que actuarlas o hacerlas y presentarlas al modo de uno. Jeff Hobson hace de marica y no es marica, está actuando y es extraordinario, te morís de risa.

¿En tu academia cómo enseñas la magia?

R.B.: Acá se enseñan trucos nada más (carcajada). No, en serio, en parte si porque es la primera herramienta, lo que no hay que perder de vista es que el alumno viene a aprender magia.

Me acordaba lo de Slydini que tenía a los alumnos estudiando posición de relajación, espalda contra la silla, incorporarse a la mesa, y nuevamente relajación, espalda contra la silla y bajar los brazos al regazo. Y así los tenía la primer clase y muchos se iban, pensaban este tipo es un tarado, yo vengo a aprender magia. Como pasa en la película de Karate Kid donde el maestro al chico le hace limpiar los vidrios, y el pibe después entiende para que le servía. Lo que hago aquí es enseñar necesariamente los trucos, y una vez que los aprenden trato de que empiecen a entender de la mecánica de la presentación, aprendiendo de los maestros, de Tamariz, de tantos maestros. Aprender los puntos de relajación y de tensión del público para hacer las trampas, las formas de pararse, las forma de hablar, después depende de cada uno, hay gente que viene a estudiar magia con intenciones de aficionado, aprender trucos para sus amigos y a esas personas trato de no torturarlas demasiado, incluso les permito la copia, cosa que no me permito a mi mismo. Yo no puedo copiar aunque haga juegos de otros. Muy poco son los juegos que hago de otro sin haberlos modificado. Un juego que hago tal cual de otro mago es la rutina de sogas de George Sands. No le toqué nada a esa rutina porque me pareció siempre genial hacerla así. La uso muchísimo porque ya es parte de mi trabajo. Trato de modificar los trucos de otros como el caso de la zig zag, mi partenaire entra a hablar por teléfono, no corta, yo la corto, siempre modifico los trucos.

Ahora, si viene un alumno y es aficionado lo habilito a que haga lo que quiera, si quiere agarrar un video de Copperfield de la videoteca y le copia la presentación de los ases del abuelo está bien y si toma la rutina de Paul Gertner y la hace tal cual, no hay problema, lo que yo no permito es que eso lo haga un profesional como puede ser por ej. Emanuel, con el respeto que me merece como persona, y un poco amigo que somos, pero no me merece ningún respeto profesional. Porque siendo un profesional de la magia, es un tipo que copia profundamente a Copperfield, desde la ropa, vestuario, coreografía, absolutamente todo hasta el truco. Entonces eso para mi no es respetable desde ningún punto de vista profesional en una disciplina artística. Si fuéramos médicos cirujanos puede estar todo bárbaro, viene un gran maestro que nos enseña salvamos a la gente y todo bien, pero somos artistas y debemos respetar al otro, y si se es un interprete de otro, tal vez mencionarlo.

Yo ahora le pedí autorización a Marduk para hacer su famoso acto del televisor en Uruguay y le pedí autorización expresa y no de pasada Le mandé un e-mail y me contestó que lo usara, que se me había ido la mano en pedírselo formalmente. Para mí es necesario pedirle una autoriazación formal de un truco característico de él. Tenía intenciones de llevar el truco ese porque me parecía muy bueno comercialmente y por eso mismo pensé que le tenía que pedir autorización. Es más cada vez que lo haga lo voy a mencionar a él. "vamos a hacer un acto de magia que aprendí de un mago que se llama Marduk, bla, bla, bla" … Algún día un mago dijo porque los magos no nombran a los autores de los trucos como lo hacen los cantantes que siempre dicen, vamos a hacer un tema de tal y tal con la música de tal y cual. Y en la magia no se estila, se estila robar sin nombrar, si tan solo se nombrara dejaría de ser un robo, sería mucho más honesto. Mercedes Sosa no compone y es una de las cantantes más respetadas del país y siempre dice; gracias a este, gracias al otro. Es su arte, su beneficio es cantar.

Resumiendo, ¿El que está interesado en ser un artista más completo, en tu escuela tiene esa posibilidad?

R.B.: Si, cuando la aspiración artística es muy fuerte y me supera los derivo a una escuela de teatro. Los mando con Cristina Moreira o con Daniel Casablanca con gente que pueda, tampoco irse al otro extremo, ahora voy a ser actor, porque no es el punto. Tal vez si, si al tipo le da para ser actor y quiere serlo. Pero si quiere ser un mago, mejorar su presentación, su forma de encarar los juegos, su comunicación con el público, su forma de pararse, de comunicarse, todo lo que sé, lo transmito.

Cuando hice el seminario de infantiles el año pasado en el Bazar transmití un montón cosas, e insistí mucho en algo que me gustaría decirlo, y es que la fiesta de chicos pueden ser disparadores de cosas artísticas muy fuertes. Yo estoy en contra, como dije antes, de aquello de degradar la magia pensando que solo era para chicos, en un sentido despectivo. Se pueden hacer cosas maravillosas artísticamente. Y sino remitirse a cualquier obra infantil de calidad, como tantos artistas. Me viene a la mente Omar Alvarez, un titiritero extraordinario, que hace cosas maravillosas para chicos. Acaba de hacer Soldadito de Plomo con relatos de Alfredo Alcón. En la fiestas para chicos se pueden hacer representaciones artísticas muy respetables con ciertas limitaciones sabiendo que uno está allí para entretener y que hay que cuidar el grupo, que hay cuidar la atención de los chicos, un montón de cosas, y van a haber otros ingredientes que no van a ser de la Escuela Nacional de Teatro, no importa, pero hay un montón de valores artísticos que se pueden transmitir en una fiesta de chicos. Por ejemplo Magia 3D, los CD's de magia que salieron al mercado, fue una propuesta de la empresa Atlantic Software que me contrata porque me vieron hacer un show de magia para chicos.

Contame un poco más de Magia 3D

R.B.: Nace así, por una inquietud de la empresa. Vamos a hacer un CD de magia con un mago haciendo y enseñando magia. Ellos tenían la idea base y yo después aporté lo mío. Les propuse hacer historia de la magia, biografías de magos, trucos interactivos a través del monitor, hay un show mío de 45 minutos en vivo con chicos, hay magia de cerca, de salón, de escenario, hay trucos enseñados, bastante completo. Y nació así, un gerente de la empresa me vio haciendo un show para chicos y me llamó. Hice un convenio comercial y el producto se encargó de comercializarlo la empresa, el producto no es mío, yo no lo vendo. La propuesta de ellos fue un contrato para ser el mago del producto. Y el producto está bueno, a mi me gusta. Creo que hubo algún problema con la primer tirada en la grabación de uno de los CD y algunos tuvieron que devolverlo, pero sacando el problema que hubo realmente está bueno. Está enteramente diseñado por ellos, hasta los ladrillos, los pintaron, los vitreaux también, es un castillo en 3D, donde te metés y vas recorriéndolo. Un trabajo impresionante. Comercialmente no sé como les ha ido, creo que bien, pero hasta ahí.

Tengo entendido que había más proyectos y que no se hicieron, como traducciones al inglés, portugués y quedó solo en proyecto. Creo que el problema fue que la empresa comercialmente no está bien. Todavía se lo ve en algunos lugares. Pero para ese tipo de cosas, para llegar a la gente, tenés que ir como mínimo a lo de Tinelli con la caja puesta ahí durante 15 días, y la fortuna que te sale.

Hasta aquí la segunda parte, en la próxima entrega sus inventos, sus conferencias y sus anécdotas, donde nos deja muchas de sus enseñanzas y experiencia.

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