viernes, 23 de mayo de 2008

Trucos de la profesión

Trucos de la profesión


”Y cómo %#@$ hizo eso?” Recuerdo estar preguntándome eso una noche mientras estaba sentado frente a la TV.

El mago David Blaine, mirando a la cámara, tiró rápidamente un mazo de cartas. Un poco antes había pedido a los televidentes que eligieran una. Unos segundos después, les decía confidencialmente (en la TV) la carta que habían elegido. Estaba absolutamente en lo cierto.

Bueno ese acto de magia. El enigmático arte seduce nuestros sentidos y perturba nuestra lógica. Algunos se lo creen tanto que piensan que es obra del demonio. Leer mentes, hacer desaparecer famosas estructuras ante los ojos de todos, levitar, estas son cosas que la mente no puede racionalizar.

Entonces, ¿qué es la magia?

“Todo se trata de ilusiones. No hay algo sobrenatural!”, insiste Anslem Roy, el principal ilusionista malayo y presidente de la sección malaya de la Sociedad Internacional de Magos. “Es más difícil crear una ilusión para un chico que para un adulto”, agrega, resaltando que los niños tienen menos prejuicios y precondicionamientos. “Entre otras cosas, hay mucha de psicología envuelta en la magia”.

En realidad hay varias categorías de magia. Siempre han habido entre nosotros presentaciones o acciones que la gente ha considerado mágicas, pero su énfasis en el entretenimiento puede situarse hacia el siglo XIX, cuando los shows empezaron a realizarse por dinero.
Hay magia negra y hay lo que llamamos magia blanca, es decir, la magia utilizada solamente para entretener, dice Roy. "Nosotros, los magos, no usamos magia negra. Lo nuestro es puramente ciencia, con el uso de óptica, luces, sonido, sentidos y muchísima psicología. Tomamos ventajas del precondicionamiento que ha sido instalado en la gente a través de la vida cotidiana. Somos actores que usamos la magia como medio de entretenimiento para recuperar a ese niño maravillado que éramos cuando éstabamos creciendo".

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