viernes, 6 de junio de 2008

Ilusiones versus prestidigitación

Ilusiones versus prestidigitación


Ha hecho que lo improbable parezca posible al atravesar la Muralla China, transformar a la audiencia en polvo y desaparecer la estatua de la libertad, pero el ilusionista David Copperfield dice que su mejor hazaña no tiene nada que ver con la magia.

Copperfield tuvo su presentación en el teatro Kodak donde realizó cinco shows un fin de semana y dos shows en febrero en Long Beach como parte de “An Intimate Evening of Grand Illusion.” La travesía a través de los Estados Unidos coincide con el aniversario del Proyecto Mágico, un programa diseñado a beneficiar a personas con deficiencias físicas y mentales desarrollando su autoestima a través del uso de trucos de magia como herramienta motivadora.

El Proyecto Mágico fue creado por David Copperfield luego de que el ilusionista recibió cartas de un aspirante a mago que estaba postrado en una silla de ruedas sin que David lo supiera. Al descubrirlo, inspiró a Copperfield a llegar a aquellos necesitados como manera de saldar la deuda que la magia tiene con ellos.

“La magia me ha ayudado con mis habilidades sociales”, dice Copperfield. “Todos están de alguna manera tratando de encajar, y la magia me ayudó a tratar mi timidez.”

El Proyecto Mágico comenzó en 1981 en el Departamento de Terapia Ocupacional del Centro Daniel Freeman de Diagnóstico y Medicina Rehabilitadora, en Inglewood y ha crecido desde entonces hasta incluir alrededor de 1.000 hospitales. El programa fue observado, al principio, con mucho escepticismo, pero con la aprobación, en 1982, por parte de la Asociación de Terapia Ocupacional norteamericana, la idea de Copperfield fue recibida con los brazos abiertos.

El programa, según Copperfield, ayuda a la gente a trabajar con la motricidad fina y gruesa, resolución de problemas, aspectos de la atención, percepción, habilidades cognitivas, habilidades psico-sociales y de comunicación, al mismo tiempo que enorgullece a sus padres que querían que el ilusionista fuera médico.

Un ejemplo del Proyecto Mágico es el truco de “La banda saltarina”. Para realizar el truco, coloca una banda elástica alrededor de la base de los dedos índice y medio de la mano derecha (si la banda está demasiado floja se puede enrollar varias veces en la base de los dedos). Coloca el dorso de la mano mirando a la audiencia y cierra la mano formando un puño. Mientras lo haces, usa secretamente el dedo índice izquierdo para empujar la banda hacia abajo para poder insertar la punta de los cuatro dedos. Cuando estiras los dedos, la banda salta a los dedos anular y meñique de la mano derecha.

El show actual de Copperfield incluye maravillas como “Killer”, un segmento de prestidigitación en el cual el ilusionista trabaja con un letal escorpión negro africano; “Squeezebox,” un truco que encuentra al ilusionista de 6 pies y una pulgada encerrado en una caja del tamaño de una caja de zapatos, y “The Lottery”, un poco inspirada en el deseo de su abuelo en ganar la lotería. Copperfield dice que el truco es “bastante bueno” pero advierte a la audiencia que no los va a convertir en millonarios.

“The Lottery trata de mostrar que es posible ganar la lotería”, dice Copperfield.

Los shows de Copperfield son interactivos y le da a la audiencia la oportunidad de ser parte del show en trucos como “Reunion” y “Thirteen”. Durante “Reunion”, Copperfield toma una persona de la multitud para colocarla en una grúa que pende sobre la sala. La persona luego desaparece y reaparece en un lugar elegido de sus sueños, mientras en “Thirteen” el ilusionista elige a 13 participantes, haciéndolos desaparecer, para hacerlos reaparecer en lugares sorprendentes. Para asegurar la autenticidad, Copperfield dice que elige a los participantes de forma aleatoria arrojando pelotas playeras y frisbees.

Aunque es conocido por sus ilusiones, Copperfield también es un maestro de la prestidigitación y dice que la diferencia es que “a un ilusionista se le paga 200% más”.

Copperfield describe las ilusiones como algo más basado en la inventiva y la prestidigitación que en habilidades físicas, pero dice que necesita hacer ambas cosas para mantener el equilibrio. La práctica de estas dos artes, irónicamente, le ha quitado un poco de la pasión de que disfrutaba cuando era joven, mientras que como Copperfield dice ahora, anticipa la gracia mientras presencia otras actuaciones.

“Desafortunadamente sí”, dice Copperfield. “Quisiera sentir ese asombro que sentía de niño.”

A diferencia de sus pares, Copperfield dice que disfruta llevando su show a la carretera en vez de tener una multitud congregada en un lugar como Las Vegas. Este trabajo fuerza al mago a estar “en la cima del juego” todo el tiempo mientras actúa frente a aquellos que de otra manera no viajarían hasta Nevada para verlo actuar.

Copperfield viaja con un grupo de 50 personas y 5 camiones. Su circo viajero requiere unos pocos ayudantes que sepan como se hace la magia, pero los miembros de la audiencia y el equipo se ven forzados a adivinar debido a que Copperfield tiene cuatro o cinco métodos para cada ilusión y sólo él sabe la verdad.

“Algunas personas tienen que saber partes”, dice Copperfield, “pero nadie conoce el 100% de mi show.”

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